Manchas en el silencio es una exposición de obras producidas por Cristina Lucas. La exposición consiste en una serie de mapas bordados sobre tela de lugares bombardeados por la guerra, imágenes fotográficas y filmadas, y una serie de 360 relojes puestos según la hora de cada latitud.
En el espacio habitacional que ocupaba la muestra, a los extremos encontrábamos los mapas bordados y en el centro de la sala una instalación de tres paredes donde en cada una de ellas se exponía imágenes de bombardeos e información junto con fotografías.
El tema central en el que se desarrolla la muestra de arte, es el sueño del hombre por querer volar y sobre todo en el arma de destrucción masiva en el cual se ha convertido este sueño inocente.
En este mapa de España encontramos un punto y un nombre sobre él, donde ha habido un bombardeo en una fecha determinada. En este caso es un mapa de 1936 en la guerra civil española, por lo que están plasmados todos los bombardeos aéreos que tuvieron lugar en la Guerra Civil española.
También documenta las bombas aéreas de otras guerras y de otros países, como las Guerras Mundiales, cuyos países fueron los principales precursores del desarrollo de los aviones para combatir; y otras guerras que se han dado desde el siglo pasado hasta nuestros días, como los bombardeos entre Corea y Japón en el ´53, la guerra de Vietnam en el ´75, la guerra de Cuba en los 80, la guerra de los Balcanes en el 2001 y por ultimo la guerra que se disputa hoy en día en Afganistán y en Oriente próximo 2017.
Centroeuropa 1945
Vietnam 1975
La exposición comisariada por Gerardo Mosquera, estaba muy bien estructurada. A la entrada te encontrabas con una pared con el nombre de la exposición y la autora de la misma. Al otro lado de esta misma pared, cuando ya te sumergías en la exposición, había proyectado un video de una avioneta con una pancarta en la cola, volando encima de una civilización. La pancarta que portaba llevaba inscrita la formula de la elevación, la cual se usó para crear el avión y que funcionara.
Esto mismo que llevaba la avioneta colgado, estaba presente en la exposición. Es una impresión en poliéster de dimensiones 1500x3800 cm.
En la parte superior de la sala, que podía observarse desde la planta baja, estaban expuestos los 360 relojes.
La finalidad de la artista es hacer ver el daño que deja marca en la historia y en la vida de cada persona que vivió la guerra, y la mayoría de esto producido por los aviones de combate.
Fotografías de Gonzalo Jarrín
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